miércoles, 10 de junio de 2020

AGUAS BLANCAS


El 28 de junio de 1995 un grupo de 40 campesinos, integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, salieron muy temprano de sus viviendas para trasladarse en cinco camionetas de carga al mitin de su agrupación, a varios kilómetros, y en el que pedirán al gobierno la presentación con vida de uno de sus miembros detenido. Sin embargo, cuando circulaban por el vado de Aguas Blancas, comunidad perteneciente a Coyuca de Benítez, municipio colindante con Acapulco, un grupo de al menos 400 policías de las extintas corporaciones Judiciales y Motorizada ya los esperaban para emboscar a las personas. El resultado fue 17 campesinos muertos y 23 heridos, la mayoría de gravedad. Los miembros de esa organización campesina afirmaron que los policías que cometieron ese genocidio (como lo llamó la Comisión Nacional de Derechos Humanos) iban al mando del mayor Manuel Moreno González, quien pretendía evitar su llegada al palacio municipal en Atoyac, municipio de la región de la Costa Grande. De acuerdo con informes de la CNDH, el propio ex gobernador Rubén Figueroa sabía que se llevaría cabo ese mitin por lo que tomó las medidas necesarias. Otras de las pruebas que se muestran en ese informe de la CNDH es que un día antes de la masacre fueron retirados todos los policías municipales de Atoyac lugar en donde se haría la protesta y se avisó en el hospital regional que estuvieran preparados para recibir a los heridos. La Comisión de Derechos Humanos de México emitió la recomendación 104/95 en la que quedaron detallados los hechos, que en un principio fueron negados por Figueroa y sólo se avocó a destituir a funcionarios de primer nivel. Finalmente, el 12 de marzo de 1996 con sólo tres años de gobierno, solicitó licencia al Congreso de Guerrero, y fue sustituido por Ángel Aguirre Rivero como mandatario interino, y quien gobierna de nuevo esta entidad sureña. 


Huelgas por Justicia.
Familiares despidiendo a los fallecidos.

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